2.- EL HIJO DEL DIOS YAUYINO EN EL CUZCO.

Cuando el poderoso Túpac Yupanqui gobernaba el imperio, tres pueblos se sublevaron: Alancuna, Calancu y Cachi. Al no poder derrotarlos se puso triste e hizo llamar a todos los dioses del imperio a la Plaza de Aucaypata (Cuzco).

         Todos los dioses llegaron y no Pariacaca. Ante la impaciencia del Inca, Pariacaca mandó a su hijo Macahuisa y le ordenó: “anda tú; anda a escuchar”. Ya reunidos, cada Dios sentado sobre su anda, el Inca les pidió ayuda para esta guerra.

          Ninguno de los Dioses prometía ayuda y permanecieron callados, entonces el hijo de Pariacaca, Macahuisa, habló: “Inca casi Sol mismo, yo iré donde tú quieras que vaya, pero eso sí, quédate tranquilo, aquí”. Luego alzó su antara de oro y tocó, su pincullo también de oro; su cabeza estaba cubierta por un gorro circular. La rueca que llevaba era de oro y su traje de color negro.

          Para que Macahuisa se pusiera en camino, el mismo Inca le dio el anda que él usaba y que tenía por nombre Chicsirampa, y cargado por unos hombres llamados Allhuaya, escogidos del Inca, Macahuisa fue llevado al sitio en que estaban los sublevados.

         Así llegaron a una montaña y, Macahuisa, el hijo de Pariacaca, acampó en ese sitio; y, desde allí empezó a hacer llover, poco a poco. La lluvia fue aumentando y cayeron rayos de todas partes; las quebradas se llenaron de agua, los torrentes inundaron los pueblos.

        A los hombres importantes, y a los grandes curacas, Macahuisa los mató con los rayos. Sólo unos cuantos hombres principales se salvaron.

      Vencidos los pueblos enemigos del Inca, Macahuisa arreó a los pocos que quedaron hasta el Cuzco.

      El Inca agradecido reverenció más a Pariacaca. Le dió cincuenta hombres de su servicio y dijo: “Padre Macahuisa ¿qué puedo ofrecerte? pide el pueblo que prefieras”. Macahuisa  contestó: “yo no deseo nada para mí, pero te pido que seas nuestro huacasa (adorador) como son nuestros hijos de Yauyo”. Luego Macahuisa regresó a dar cuenta de lo sucedido a su padre Pariacaca. Dicen que desde entonces el Inca cuando iba a la región, inclusive a Jauja (cerca al Pariacaca) reverenciaba bailando y cantando una danza al dios yauyino.

FUENTE:

-Editorial Juan Mejía Baca, Historia del Perú, 1981, Perú Antíguo, Tomo III.


Nota.- Esta narración demuestra el apoyo de Yauyos al Inca Túpac Yupanqui en sus guerras. Macahuisa era el curaca de Yauyos e hijo del Dios Pariacaca, como el Inca era Hijo del Dios Sol en la mitología incaica.


Danza de “El Rey Inca” con la que se dice que el Inca Túpac Yupanqui reverenciaba al Dios yauyino Pariacaca. Actualmente esta danza se baila en la zona noroeste de Yauyos, y en Huarochirí donde es conocida como “Las Ingas”; en los pueblos fundados por los españoles, todos cercanos al Pariacaca, en cuyos alrededores vivían sus antepasados.


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